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HORTMA GARDENS

Injertos en frutales: qué son, que tipos hay y para que se utilizan

marzo 28, 2025
Primer plano de un injerto de corona en un árbol frutal, mostrando dos púas unidas al portainjerto con cuerda, con un huerto desenfocado al fondo.

Los injertos son una de las técnicas más utilizadas en jardinería y fruticultura para mejorar la producción, adaptar las plantas al terreno o preservar variedades concretas. Aunque a simple vista puede parecer un proceso complejo, entender en qué consiste y cómo se realiza puede abrir un mundo de posibilidades para cualquier aficionado o profesional. En este artículo te explico qué es un injerto, para qué se utiliza, los tipos más comunes y las condiciones necesarias para que tenga éxito.

Índice

¿Qué son los injertos y para qué sirven?

Un injerto es una técnica de propagación vegetativa que consiste en unir una parte de una planta con otra para que se desarrollen juntas formando un único organismo. Por tanto, una planta injertada consta de dos partes: la variedad, que es la parte aérea que se desea propagar por sus características productivas o estéticas; y el patrón o portainjerto, que es la parte inferior y que incluye el sistema radical (raíces), elegida por su adaptabilidad al suelo, vigor o resistencia a enfermedades.

El injerto es una técnica especialmente valiosa porque permite propagar variedades difíciles de reproducir por otros métodos, como el estaquillado o el acodo, y aprovechar las cualidades de determinados patrones que pueden desarrollarse en suelos o resistir enfermedades de raíz que la variedad no toleraría por si sola. Además, permiten controlar el desarrollo de la planta a través de patrones con efectos enanizantes o vigorizantes, algo muy común en fruticultura según las necesidades del cultivo.

Tipos de injerto

Podemos clasificar los tipos de injerto según el material vegetativo utilizado como variedad en dos grandes grupos:

  • Injertos de púa: se emplea una pequeña ramita de un año, normalmente con 2 o 3 yemas. Es una técnica muy común en frutales como el manzano, peral o ciruelo. Entre las variantes más utilizadas se encuentran los injertos de hendidura, de corona, laterales y el inglés.
  • Injertos de yema: se utiliza una única yema como material de injerto. Este tipo es muy frecuente en cítricos, rosales y otros frutales. Los métodos más empleados son el injerto de escudete (en T), de astilla y de chapa.

Si quieres profundizar en estos dos tipos de injertos, puedes revisar nuestros artículos dedicados a ellos:

Condiciones para el injertado

Para que un injerto tenga éxito, es fundamental que la variedad y el portainjerto sean compatibles (del mismo género, salvo excepciones) y que ambos procedan de plantas sanas. También es importante que el patrón y la variedad estén en fases similares de su ciclo vegetativo, con ritmos de brotación y reposo compatibles. Esta sincronía favorece que ambos tejidos se integren correctamente.

Durante la unión, es clave que el cambium (tejido situado entre la corteza y el líber, donde comienza el desarrollo del tejido) de ambas partes quede en contacto directo y alineado, ya que de esta unión depende la formación del tejido que permitirá que el injerto prospere. Una vez realizado, es importante proteger bien las zonas expuestas aplicando mastic o pasta cicatrizante, que ayudará a prevenir infecciones y evitará que los tejidos se desequen.

Por otro lado, no todos los frutales responden del mismo modo al injerto. Árboles como el manzano o el peral suelen injertarse con facilidad, mientras que el ciruelo presenta más dificultades debido a su lenta cicatrización, lo que puede favorecer la entrada de patógenos y derivar en problemas como la enfermedad del plomo.

bibliografia

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