
El naranjo (Citrus x sinensis), también conocido como naranjero o naranjo dulce, es un árbol frutal perenne perteneciente a la familia Rutaceae (rutáceas). Su origen está en el sureste asiático, pero está ampliamente distribuido por las regiones subtropicales, destacando en las regiones europeas de clima mediterráneo. Aunque su uso principal es la producción de su fruto (la naranja) también tiene un uso ornamental debido a su porte frondoso y redondeado, dando muy buena sombra y adornando calles, jardines o huertos.
Caracteres culturales del naranjo
Temperamento
El naranjo es una especie que requiere de mucha luz directa al día para su crecimiento, producción de fruto y floración, considerándose como valores óptimos una exposición diaria al sol de mínimo 6 a 8 horas.
Porte y enraizamiento
El naranjo es un árbol de porte mediano que puede alcanzar los 13 metros de altura, aunque lo habitual es que se encuentre entre los 3 y 5 metros. Su copa es globosa y muy frondosa, y sus ramas pueden presentar espinas.
El sistema radical del naranjo está compuesto por una raíz principal que penetra de forma vertical en el suelo, proporcionando acceso a nutrientes y agua de capas profundas y un buen anclaje, además de raíces secundarias que se desarrollan lateralmente desde la principal. Este sistema puede alcanzar los 1.5 metros de profundidad en función de la calidad y profundidad del suelo.
Crecimiento y longevidad
El naranjo es una especie de crecimiento moderado y este dependerá en parte de factores como el clima, suelo, método de propagación (por esqueje o injerto será más rápido que por semilla) o cuidados realizados. Dependiendo de todo esto, los primeros frutos se darán en un rango de entre 3 y 7 años. En cuanto a la longevidad, los naranjos pueden vivir entre 50 y 100 años, reduciéndose la producción de fruto progresivamente a partir de los 50 años.
Floración y reproducción
Las flores del naranjo, conocidas como azahar, son hermafroditas y auto fértiles, lo que les permite generar fruto sin la necesidad de polinización cruzada con otros individuos. Pese a esto, si se produce la polinización cruzada la cosecha de fruto puede ser más abundante y de mayor calidad. Estas flores, que producen una fragancia muy agradable e intensa, tienen un uso medicinal y aromático muy extendido.

Clima y suelo más apropiados para el naranjo
Como ya hemos dicho, el naranjo prospera en climas subtropicales, en especial en el mediterráneo, siempre por debajo de los 750 metros sobre el nivel del mar. El rango de temperaturas para el que se maximiza su desarrollo fisiológico se encuentra entre los 23ºC y los 30ºC. Soporta heladas de hasta -7ºC, pero las temperaturas inferiores a -4ºC dañan significativamente los brotes jóvenes y frutos. Por encima de los 37ºC y por debajo de los 13ºC, el naranjo cesa su crecimiento.
En cuanto al suelo, los naranjos los prefieren de consistencia media y fértiles. Por ello lo ideal son los suelos de textura franco-arenosa. Además es muy importante que el terreno este bien drenado ya que los naranjos no crecen en lugares con mucha cantidad de agua. En cuanto al pH, les conviene un suelo ligeramente ácido a neutro, tolerando un rango de pH entre 5 y 7, y siendo un pH de 6 el más óptimo. Para fomentar un buen anclaje y que las raíces se desarrollen de forma saludable, la profundidad mínima del terreno no conviene que sea menor a 60 – 70 cm.
Plantación y técnicas de multiplicación
El naranjo, al igual que todos los árboles frutales, se debe plantar en los periodos de parada vegetativa. Esto ocurre en los meses de invierno. La edad óptima que debe tener el pie a la hora de instalarlo en su posición definitiva es a los tres años (en los viveros podrás comprar ejemplares de esta edad sin problema).
Como hemos visto anteriormente, el naranjo necesita suelos con buen drenaje, por tanto hay que asegurarse muy bien de que el sitio que escojamos cumpla este requisito. Será necesario cavar un hoyo profundo y más ancho que el cepellón. También se debe añadir potasa y material fosfórico. Para conseguir una buena reserva a futuro ayuda suministrar al naranjo de fosfato mineral, ceniza, compost o estiércol de corral.
Lo recomendable es hacerse con un ejemplar con las raíces con tierra (cepellón) envueltas en saco, fáciles de encontrar en viveros. Estos sacos no tapan la parte de debajo de las raíces, lo que nos permite colocarlo directamente en el hoyo donde vamos a plantarlo, evitando así romper el cepellón. Una vez dentro del hoyo podemos retirar el saco cuidadosamente y añadimos tierra alrededor del cepellón. Después de esto regamos abundantemente para que se asiente la tierra, manteniendo un riego apropiado durante dos semanas. Una vez transcurridas se debe regar una vez por semana.
Lo mejor es emplazarlos al aire libre y sin árboles que puedan competir con él alrededor (mínimo a unos 6 metros de distancia), pero en regiones más frías se puede cultivar también en invernadero o en tinas que permitan sacarlos al exterior en las épocas más cálidas, eso sí, en estos casos la producción de fruto será menor.
Si quieres profundizar más en como plantar adecuadamente tu naranjo, puedes revisar nuestra guía para plantar frutales.
Cuidados del naranjo durante el crecimiento
Mejora del suelo
El terreno debe ser abonado una vez al año con un acolchado con material orgánico. Este abonado debe ser abundante, y la mejor opción es utilizar compost maduro. Otra opción es utilizar paja o heno, pero al contener poca cantidad de nitrógeno debe acompañarse con productos que tengan mayor cantidad de este para ayudar a su descomposición, como la harina de hueso.
Riego
En las regiones más secas será necesario regar los naranjos de manera abundante cada dos o tres semanas, proporcionando de 90 a 140 litros de agua por ejemplar. La cantidad no debe ser mayor ya que corremos el riesgo de producir un lavado de nutrientes del suelo fuera del alcance de las raíces. Tampoco debemos realizar riegos más frecuentes de menor cantidad, ya que así favorecemos la podredumbre del pie.
En regiones con precipitaciones abundante solo será necesario el riego durante los tres primeros años del individuo y en las épocas más secas. Transcurridos estos tres primeros años, solo será necesario regar los naranjos en casos de sequía extrema.
Poda
En los naranjos la poda no debe ser excesiva. Se retirarán arrancando a mano los brotes pequeños que salen en el tronco por debajo de las ramas de la copa. En ejemplares de avanzada edad se deben cortar ramas viejas en invierno antes del reinicio del crecimiento vegetativo, seleccionando las ramas que reciban menos luz para su eliminación (en otras palabras, las que estén en el interior de la copa), cortando eso sí las menos posibles para no estimular a los árboles en exceso. En caso de ramas dañadas por heladas, estas deben cortarse, pero siempre se debe esperar al verano para evaluar correctamente el daño producido.
Fruto
Las naranjas son el fruto producido por los naranjos. Cada árbol da una gran cantidad de fruto, que además de delicioso, es una fuente muy rica en vitamina C y potasio, y en menor medida de vitamina A y otros minerales. El uso principal de las naranjas es alimenticio, consumiéndose mayoritariamente como postre o zumo.
Existen numerosas variedades de naranjas, distinguiéndose en dos grupos por el color de su pulpa: las más comunes son las de pulpa anaranjada (como las variedades Navel, Valencia o Salustiana) pero también las hay de pulpa de color rojizo, conocidas como sanguíneas.

Una ventaja de las naranjas frente a otros frutos es que tienen una ventana de recolección muy amplia, por lo que se puede dejar el fruto en el árbol en periodos largos de tiempo (hasta 6 meses) y recogerlo cuando se necesite. Esto hace que su almacenaje no suponga un problema, pero en el caso que sea necesario hacerlo a largo plazo, siempre se pueden guardar refrigeradas a -1ºC y con una humedad mayor al 80%.
En cuanto a la recolección lo más común es el método manual con tijeras de podar, cortando por el pecíolo y dejando un pequeño tallo en la naranja, evitando así dañar la piel. En naranjas de piel tersa también se pueden arrancar retorciendo el fruto.
Plagas y enfermedades
La enfermedad más común en los naranjos es la podredumbre del pie, que suele ocurrir cuando se exponen durante largo tiempo a humedad. La corteza más cercana al suelo se pudre y en algunos casos puede producir la muerte del árbol. Por esta razón se riegan de forma abundante cada 2-3 semanas en lugar de realizar riegos menos copiosos y más frecuentes, como ya hemos explicado antes. Además de esto, no hay que regar directamente sobre el tronco, y el acolchado de material orgánico colocado para la mejora del suelo debe estar al menos a 25-30 centímetros del tronco, retirando hojas y otros residuos que caigan sobre él.
En cuanto a plagas que ataquen a los naranjos, es raro que afecten a ejemplares abonados por medios orgánicos, ya que los predadores naturales de estos están presentes en los árboles. Si aún así quieres profundizar te recomiendo que visites Plagas de los cítricos y bases para el manejo integrado de A. Garrido y J.J. Ventura, donde se exploran en profundidad estas plagas y como tratarlas (el libro está en PDF y accesible de forma gratuita).
Bibliografía
- El huerto (Enciclopedia de jardinería). (s.f.). Susaeta.
- Seymour, J. (2024). Guía práctica ilustrada para el horticultor autosuficiente y la vida en el campo. Blume.
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